Doble Grado Trabajo y Educación Social
Primer curso
Teodoro Fuentes Delgado
Ámbitos de intervención del educador social
No existe una clasificación única que divida los ámbitos en los que interviene el educador social.
El Real Decreto 1420/1991 recoge que la titulación universitaria en Educación Social debe orientarse a la formación “en los campos de la educación no formal, educación de adultos (incluidos los de la tercera edad), inserción social de personas desadaptadas y minusválidos, así como en la acción socioeducativa“. Sin embrago, por ejemplo, Froufe (1997) propone como las más importantes: Educación social especializada, educación para las personas adultas, animación y tiempo libre y formación laboral u ocupacional. En ambas parece que se usa un criterio mixto, y ambiguo, entre colectivo al que va dirigido, objetivo de la intervención, e incluso características de la intervención. Tradicionalmente también se ha distinguido entre intervención individual y comunitaria.
La realidad es que la complejidad de los diversos ámbitos en los que actúa el educador social hace difícil una clasificación, clara y única, de estos. Uno de los motivos de su complejidad es que con frecuencia se trabaja en diversos ámbitos a la vez. Se puede estar trabajando la formación ocupacional con una persona adulta inmigrante, que estaría enmarcado en diferentes campos de intervención, igual pasa si se trabaja con un menor drogodependiente, a la vez podemos desarrollar con él actuaciones a nivel individual y comunitario de forma paralela y simultánea.
En el mapa conceptual presentado me he enfocado en algunos de los grupos a los que me parece más interesante dirigir una intervención socioeducativa, sin olvidar nunca que a veces un colectivo puede pertenecer a la vez a más de un grupo. Estos grupos son: Mayores, Drogodependencia, Inmigración, Violencia de Género, Menores. Hablo de Drogodependencia, Inmigración y Violencia de Género en vez de drogodependientes, inmigrantes y víctimas de violencia de género, respectivamente, porque entiendo que en estos campos no sólo hay que trabajar con estos últimos, sino que junto a ellos existen numerosos actores claves que si obviamos una intervención con ellos cualquier acción tendría una escasa repercusión en la problemática. Siendo por tanto fundamental emplear una visión holística en cada caso.
De nada sirve, por ejemplo, trabajar con los inmigrantes, si no se trabaja con la población de destino, e incluso las fuerzas políticas, en un intento de integración efectivo de todas las partes. La drogodependencia no sólo afecta, ni interviene, el drogodependiente, también la familia y la sociedad en general. Para paliar la violencia de Género, igualmente, habría que trabajar con las víctimas, agresores, pero también con menores para prevenirla mediante una intervención educativa de género, la labor de concienciación social tampoco es exclusiva de los menores, ni de la población civil, políticos, fuerzas de seguridad, e incluso empresarios, son actores importantes para erradicarla.
En definitiva, los ámbitos de actuación del Educador Social son múltiples y en muchos casos convergentes o difusos, lo que considero que es más importante es tener clara las características y la situación global de las personas con las que se va a trabajar, así como incluir en la intervención a todos los actores relevantes.
Froufe, Sindo (1997). Los ámbitos de intervención en la educación social. Aula, 1997, 9, 179-200. Salamanca .Ediciones Universidad de Salamanca.
BOE Nº 243, de 10 de Octubre. Real Decreto 1420/1991 de 30 de Agosto, pp 32.891-32.892
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